El impenetrable bosque neuronal es tan complejo que ni siquiera hay consenso sobre el número de tipos diferentes de células piramidales que existen. Esta intervención artística consigue recuperar el espacio público a través de una intrincada maraña de células nerviosas y colores, de la mezcla del paisaje y la composición del mural, donde las raíces de las palmeras son dendritas y viceversa.
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