Este parque de extraordinaria riqueza botánica conocido popularmente como “El Vivero” es obrado entre los años 1893 y 1895, época en la que D. Eduardo Carvajal sería alcalde de Bailén y de quien ha heredado su nombre.
Será este jardín una de sus primeras vistas al adentrarse en Bailén desde el sur por la avenida del Parador. En su interior encontraremos una amplia variedad floral y arbórea como la acacia de tres espinas, el árbol del amor, rosales, caña americana, ciprés, alhelíes, cineraria, carraspiques, salvia, romero…
En el interior del parque encontramos una encantadora casita que sería utilizada como residencia desde 1914 por el jardinero de aquel lugar y su familia. Se trataba de Don Salvador Merlo, quien plantaría gran parte de las especies que hoy contiene este entorno, y que vivía con su esposa Doña Olaya Tamargo y sus siete hijos en este extraordinario paraje, cuidando de que todo estuviese resplandeciente. Entre las leyendas del Vivero, se encuentra una que relataba Salvador y a la que denominaba “La Encantada”, y que trataba sobre una hermosa mujer que se le aparecía de madrugada y le pedía que le acompañara hasta un lugar donde se encontraba un tesoro escondido, pero a la que Salvador nunca se atrevió a seguir.
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