Bailén comenzó a mencionarse con el término Baritto, palabra de origen tartesso que recibió el asentamiento fenicio en esta zona, cosa que posteriormente se demostró que era un falso testimonio, dado que dicha palabra se encontró en lo que parecía ser una lápida funeraria encontrada en la zona de La Toscana, validando por tanto que era una nominación de individuo en lugar de una de territorio. Más tarde, cuando los griegos colonizaron nuestro territorio, fue bautizada como Baikol y Besur.
Más tarde, cuando los romanos llegan a Hispania con el propósito de enfrentarse en las Guerras Púnicas contra los Cartagineses (en la cual el general cartaginés Asdrúbal Barca, terminó perdiendo contra el general romano Escipión el Africano), se sintieron realmente fascinados con la gran riqueza minera, agrícola y ganadera de la zona, decidiendo asentarse en ella y denominándola con los nombres de Baécula-Caecilia y Baécula-Bética, situando su población en torno a los 800 habitantes; en la actualidad, aún se sigue debatiendo sobre la ubicación de esta batalla, que nosotros damos como nuestra, no sólo por su similitud fonética, tanto como por la proximidad geográfica que nos proporcionan las fuentes, así como la excelente posición estratégica con la que hoy en día seguimos contando.
Del paso de los árabes por Bailén hace referencia la fortaleza y mezquita construida en el siglo IX por Abderramán I sobre un antiguo monasterio visigodo, fundado éste por el Abad Locuber en el 691, y que albergó la Iglesia de San Andrés y Santa Gertrudis.
Asimismo, en 1360, el Castillo asentado en la antigua fortaleza árabe, es adquirido por Ponce de León a Alfonso XI, pasando Bailén a convertirse en tierra de señorío. Así pues, en 1504, Fernando el Católico llegaría a intervenir para solventar el pleito donde el Concejo de Baeza aseguraba que, efectivamente la Villa de Bailén dependía de ellos y de su Fuero, zanjándose el asunto con la ampliación del territorio municipal de la Villa, a costa del pago de un tributo anual a la Ciudad de Baeza, el cual se mantuvo hasta el último tercio del s. XIX.
Más tarde, nos encontramos con la famosa Batalla de Bailén que tuvo lugar el 19 de Julio de 1808, en donde se hizo historia, al ser la primera vez que las tropas napoleónicas eran derrotadas en una batalla a campo abierto y de la que actualmente conservamos bastantes documentos, en los cuales se nos presentan diversos e importantes personajes que tomaron parte en la misma; de ahí viene el ejemplo de María Bellido, la cual no se sabe si fue una persona real relacionada con María Inés Juliana Bellido Vallejos (Porcuna 1755 – Bailén 1809), o simplemente es el arquetipo de heroína que engloba la importancia que tuvieron todas aquellas mujeres aguadoras durante el acontecimiento bélico.
Para comenzar, debemos destacar que los escudos de armas de Ayuntamientos y Concejos nacieron en su origen, bien por Concesión Real, o bien por su Institución Directa por los Ayuntamientos, o también por Asunción de las Villas y Concejos de Armas Señoriales, allá por los siglos XIII y XIV. De esta fecha en adelante, y ya hasta el siglo XIX, solo se crean armerías municipales por Real Privilegio, “motu proprio” o por instancia de parte.
Así pues, el más antiguo Escudo de Armas utilizado por el Ayuntamiento como propio de la Ciudad de Bailén del que ha llegado constancia hasta nosotros, no será otro que el escudo de la familia de los Ponce de León, Señores y Condes de Bailén. Es este el escudo que podemos contemplar tanto en la portada de la que fuera su Casa-Palacio, hoy levantada en la calle Nuestro Padre Jesús, dando acceso a la Oficina de Turismo del Ayuntamiento de Bailén; como en la parte alta de la Sacristía del Templo Parroquial de La Encarnación, por la calle García Lorca.
Descripción
Escudo partido, donde podemos distinguir dos campos; el primero de plata con un león rampante de gules, mientras que el segundo campo, esta vez de oro, cuenta con cuatro bastones de gules. Todo ello con bordadura azur y ocho escudetes de oro, también fajados de azur.
Años más tarde, alrededor de 1860, comenzó a hacerse uso de un nuevo escudo, versión revisada del anterior, pues si bien mantenía los antiguos campos heráldicos, añadía entado en punta un nuevo campo de gules, en el que se situaba como pieza heráldica un cántaro roto de su color, recuerdo de la legendaria heroína de la Batalla y símbolo del valor y entrega del pueblo de Bailén en la misma.
Entre 1873-74, tras la proclamación de la Primera República, se modificó el diseño del escudo, al situarlo sobre dos banderas cruzadas y acoladas, coronado todo por un gorro frigio y el conjunto, a su vez, situado sobre un triángulo equilátero.
Posteriormente, sobre los años 1900-1910, comenzó a utilizarse un escudo cuartelado. En el primero de ellos, sobre campo de plata, un león rampante de gules; en el segundo campo de oro, cuatro bastones de gules, los mismos campos del escudo de los Ponce de León, añadiéndose un tercer campo de gules, con un cántaro roto en su color y un cuarto campo de oro, con una torre en su color.
Por otra parte, dando cumplimiento a un voto, emitido durante los bombardeos aéreos que sufriera la Ciudad de París durante la Primera Guerra Mundial, donde se hallaba D. Francisco Ramón Merino Rodríguez, le regaló a Nuestra Señora de Zocueca, una bandera de seda de una sola pieza, con asta de plata meneses. Tiene en su centro bordado, el escudo de la Ciudad de Bailén, que aunque parecido al anterior varía un poco, siendo un escudo cuartelado en el que destacamos en el primer cuartel sobre campo morado, un castillo de plata almenado, aclarado de oro y mazonado de sable; en el segundo, sobre campo de plata, un león rampante de oro y coronado de oro también; en el tercer cuartel, sobre campo de plata, un cántaro roto en su color, conservando agua en su interior y, por último, en el cuarto cuartel, sobre campo de oro, cuatro bastones de gules.
No conforme con el formato, como se puede apreciar en todos los cambios y modificaciones que sufrió, el Ayuntamiento de Bailén solicitó en 1927 al Ministerio de la Gobernación, la debida autorización para utilizar como Escudo Municipal, el mismo de España, aunque sustituyendo en el escusón central las flores de lis (De la Casa de Borbón), por un cántaro roto con una sola asa, en su color y encargándose del diseño, el propio D. Juan Félix de Rújula y Vaca, VI Marqués de Ciadoncha, conformando el escudo finalmente, de la siguiente manera: escudo oval, cuartelado y entado en punta. En el primer cuartel, de gules, un castillo de oro, almenado, aclarado de azur y mazonado de sable. En el segundo, de plata, un león rampante, de púrpura, linguado, uñado, armado de gules y coronado de oro. En el tercero, de oro, cuatro bastones de gules. En el cuarto, de gules, una cadena de oro puesta en cruz, aspa y orla, cargada en el centro de una esmeralda de su color. Entado en plata, una granada al natural rajada de gules, tallada y hojada de dos hojas de sinople. Escusón de plata con un cántaro roto y con una sola asa. Al timbre, Corona Real cerrada y forrada de gules. Y finalmente, va orlado a la derecha con una rama de laurel y a la izquierda con una palma.
Sin embargo, esta modificación no se llegó a aceptar, por lo que D. Juan Félix, tuvo que diseñar otro Escudo de Armas para la Muy Noble y Leal Ciudad de Bailén, el cual se sigue utilizando a día de hoy. Se trata de un escudo partido, con el primer cuartel en campo de gules y en abismo, con un cantarillo agujereado de su color, conservando agua en su interior, cuya boca mira al jefe del escudo. En el segundo cuartel, en campo de oro, dos sables cruzados de su color y unidos por una cinta de gules que forma un lazo, de la que pende un águila de sable atada por sus garras, todo ello surmontado por una corona de laurel en su color, y rodeado por una cinta ondeada, con la divisa en letras de sable: “Bailén, 19 de julio de 1808”. Finalmente, un contorno francés y timbre de Corona Mural, propia de la denominación de “Ciudad”.
Actividad financiada por: